Hace unas semanas, un amigo volvió a vivir a Chile después de años. Llegó con su plata en el bolsillo y ganas de emprender. Y con qué se encontró? Con una realidad impactante: hoy en Chile vale más la deuda que el dinero constante y sonante. Conviene más pagar “a crédito” que “al contado”.
Mi amigo partió tratando de comprar algunas cosas para su casa en una multitienda. Como el monto lo ameritaba e iba a pagar al contado, le preguntó al vendedor por el “descuentito” de antaño, pero éste último le contestó “Noooo, no se puede, pero si paga con la tarjeta XX se le hace un 10% de descuento!”. Primer “exijo una explicación” de mi pobre amigo.
Luego, fue a un supermercado, donde la cajera, al ver el total de la compra, le preguntó “paga con tarjeta XX?”, mi amigo le dijo sonriente “no, con efectivo”, a lo que ella contestó “entonces son $XXX”, es decir, mas caro.
Tercer acto: compró al contado un auto nuevo, el cual recibiría en unos días. Cuando el auto no llegó cuando debía, se acercó a la empresa a reclamar. La explicación? Hubo un problema con el embarque y la prioridad para entrega la tenían quienes compraron con crédito. Inaudito no?.
Pues bien, ante estos eventos, absolutamente entendibles desde el punto de vista de la generación de lealtad de clientes (vía adquisición de la tarjeta específica de la tienda o comercio), no puedo sino pregúntame que paso en nuestro país (y probablemente en el mundo) que el negocio número uno de casi cualquier empresa pasó a ser el crédito.
Según un informe del Banco Central (2011), la deuda de los hogares chilenos ha subido 140 por ciento en los últimos seis años. Los ingresos mensuales para pagar las deudas se elevaron de cinco en 2005 a 7,3 en 2011. Imagínense! Estamos endeudados en 7 meses de sueldo!. Asimismo, un informe emitido por la Escuela de Negocios IEDE y de la Universidad Andrés Bello indica que un 79% de los chilenos dice mantener deudas con al menos una de las grandes tiendas del país, un 48% con bancos (excluyendo los créditos hipotecarios) y un 20% con supermercados. Es decir, si descontamos menores de 18 años, probablemente no queda nadie sin deuda en alguna multitienda.
Alguna vez escuche por ahí máximas como “no hay crecimiento sin deuda” o “no compres mañana lo que puedes comprar hoy”. Esa podría ser la explicación de por qué tanto crédito. Chile es un país reconocido por su sistema financiero, el cual es sólido, confiable y estable, sin embargo, creo que nosotros, los usuarios, debemos ser quienes le ponemos límite al uso de esta “herramienta de bienestar y crecimiento”, endeudándonos razonablemente y ojalá solo para adquirir bienes inmuebles (vivienda) y bienes durables (refrigerador, auto, lavadora). No podemos pretender pagar el supermercado o la peluquería en cuotas!.
No puedo dejar de dar un “me gusta” a aquellas instituciones financieras que han empezado algunas tímidas campañas de educación financiera, en la que invitan a sus clientes a pensar bien si vale la pena endeudarse para adquirir cierto bien. Me parece que los consumidores debiéramos premiar esta iniciativa, sobretodo cuando es conocido que el negocio financiero es tremendamente rentable y las empresas tienen un incentivo perverso de incentivar la deuda. Para ejemplificarlo volvamos al caso inicial de mi amigo y la compra de su auto nuevo. Por qué los que pagaron con crédito tenían la primera opción de recibir su auto nuevo? Pues porque ese vendedor ganará mas comisión por vender a crédito el auto que al contado. Esa empresa generará mas rentabilidad cuando logré, además de quedarse con el margen de venta del auto, quedarse con el margen de ganancia del crédito (que es además mayor que el de la venta del auto). Así de simple.
Recomendaciones para mi amigo: vaya al Banco Estado, saque su cuenta RUT, con esa tarjeta vaya a Ripley, Falabella, Cencosud y Lider, obtenga sus plásticos milagrosos y ahórrese hasta un 30% en la compra de algunas ofertas exclusivas. Después, si le sobra tiempo, saque carné de identidad…ese lo piden re-poco. Ah! Pero lo necesitará para sacar la cuenta RUT.
En fin, así no mas es la cosa. La deuda es hoy el medio de pago por excelencia.
Isabel Palma 